Halloween al Revés: Cuando las Máscaras Revelan Más de lo que Ocultan

Halloween: El Día Sin Máscaras

(¡Ironía a la Vista!) 🎃


Ah, Halloween, ese maravilloso día en que por fin podemos ser "auténticos"... porque el resto del año, claro, estamos todos ocupadísimos siendo versiones perfectas de nosotros mismos. Qué alivio poder dejar salir a nuestros demonios internos sin miedo al qué dirán: un payaso asesino, una bruja sexy o un zombie sangriento, ¡qué transparente y profundo!


Es curioso, ¿no? Nos pasamos el año reprimiendo nuestras pequeñas oscuridades, poniendo buena cara, diciéndole “sí” a todo… pero hoy, hoy sí vamos a mostrar nuestra verdadera cara (detrás de una máscara de latex, obvio). Así que celebremos esta liberación de 24 horas, donde los monstruos salen a pasear... hasta que el lunes volvamos a fingir que no existen.


Cuando llega Halloween, se abre una puerta que rara vez atravesamos el resto del año. Nos lanzamos a disfrazarnos de médicos sangrientos, brujas místicas, zombis desgarrados y hasta unicornios de colores brillantes. Pero ¿qué hay detrás de esos disfraces? Porque, aunque parecen simples elecciones, estas máscaras son una ventana a lo que mantenemos oculto el resto del tiempo: nuestras sombras, esos deseos y partes reprimidas que este día aprovechan para salir a pasear sin vergüenza ni juicios externos.


Por un día, dejamos a un lado el temor al juicio y damos rienda suelta a lo que, a veces, ni siquiera reconocemos en nosotros mismos. Y claro, lo vemos en los adultos, quienes también abrazan con entusiasmo sus propias sombras y máscaras: la clásica bruja… sexy, la enfermera… sexy, el vampiro o vampira… sexy. Incluso los disfraces de terror puro como el payaso de IT, Scream, Chucky, o los perturbadores personajes de La Purga o el juego del calamar revelan un cierto placer en expresar nuestro lado oscuro sin miedo ni pudor.


Ahora, pregúntate esto: ¿por qué necesitamos un solo día para ser completos, para aceptar nuestra propia oscuridad y divertirnos con ella? Decimos que esto solo pasa en Halloween porque es "el día de los monstruos", como si necesitáramos una excusa para ser auténticos, para mostrar ese demonio que todos llevamos dentro. La verdad es que esa parte de nosotros, la que reprimimos día tras día, está ahí siempre, acechando en las sombras, esperando una oportunidad para salir.


¿Te suena familiar esa sensación de querer explotar, de reprimir tu frustración o tus deseos, de sonreír y decir que todo está bien cuando en realidad quieres gritar?

No hablo de ir por la vida haciendo pedazos a quien se cruce, ni de ser cruel. No. Hablo de integrar esa parte oscura, de abrazarla y aceptarla como parte de lo que eres. Porque, al final, ¿qué es el balance sino la suma de nuestras luces y sombras?


La sociedad nos empuja a ser siempre “buenas personas”, a poner la otra mejilla, a decir “sí” aunque queramos gritar “no”. Y ahí estamos, desgastándonos emocionalmente por cumplir con una expectativa ajena, por intentar encajar en un molde que nunca fue hecho para nosotros.


Ahora bien, aceptar esas partes no significa transformarnos en seres despiadados, sino mostrarnos sin máscaras, auténticos, con la capacidad de decir “no” cuando no queremos y de pedir lo que necesitamos sin sentirnos culpables, pero igual no lo haces porque quieres ser "buena persona". Mira, para mí, después de haber luchado durante años con ese tema, me gustaría que entendieras que no hemos venido aquí para ser buenas o malas personas; hemos venido para ser nosotros mismos en nuestra totalidad, abrazando lo bueno y lo malo, y acercándonos cada vez más a ese punto de equilibrio que es único para cada individuo, y en eso no existe una talla única para todos.


¿Pero qué pasa con esto? ¿Por qué la mayoría no lo hace? Porque cuando eres tú misma, necesitas llegar a un punto en el que puedas elegirte a ti cada día, ser fiel a ti misma en cada momento… y eso no suele caer bien a la mayoría. Pero hay una clave: o fallas a otros o te fallas a ti misma, y cuando te fallas a ti, se complica mucho más el volver al centro.


Cuando decides ser realmente tú misma, ocurre algo mágico: tu círculo social comienza a reducirse como por arte de... ¿honestidad? Porque, aceptémoslo, si le caes bien a la mayoría, probablemente todavía usas un par de máscaras bien colocadas. Pero ¡sorpresa!, cuanto más auténtica eres, más gente se va, y aunque suene trágico, es un verdadero regalo. Los que se quedan son los que aguantan (y hasta aprecian) tu “versión sin filtros”, esa que no le sonríe a todo ni dice "sí" a lo que no va.


Así que, al final, tener un círculo reducido no es una pérdida social; es la mejor criba de calidad, dejando solo a los que de verdad están en sintonía contigo. Filtremos sin miedo, que las máscaras están sobrevaloradas.


Ese punto de balance no es fácil de alcanzar, pero una vez que comenzamos a abrazar todas nuestras partes, descubrimos que no necesitamos un solo día para ser nosotros mismos; Halloween se convierte, entonces, en un día de celebración, no en la única oportunidad para respirar.


¿Y por qué no lo hacemos más a menudo? Porque vivir de esta forma implica un compromiso profundo con uno mismo, una fidelidad diaria que no depende de las máscaras ni del juicio ajeno. Nos han enseñado que es preferible un “me gusta” en redes sociales y la validación externa que una verdad que tal vez duela, y muchos prefieren el refugio temporal de la compañía superficial antes que enfrentar su propia soledad, antes que mirar dentro y descubrir ese equilibrio tan propio y único de cada individuo.


Halloween nos deja una lección que va mucho más allá de las máscaras y disfraces: nos recuerda que no es necesario esperar una fecha específica para sacar a pasear nuestras sombras. Que el verdadero equilibrio no es negar lo oscuro, sino abrazarlo. Y en ese proceso, puede que incluso descubramos la capacidad de disfrutar de nuestra soledad sin necesidad de aprobación ni de aplausos. Porque, al final, eso que tememos sacar a la luz es, irónicamente, lo que más nos fortalece y nos hace humanos.


Así que, en esta noche de sombras y deseos escondidos, ¡brindemos por la verdad, por esa parte que escondemos el resto del año y que este 31  de octubre se revela sin vergüenza ni pudor! Que este Halloween sea el recordatorio de que no necesitamos máscaras para ser completos. Que nuestras sombras siempre nos acompañen, no como un secreto, sino como un pedazo más de lo que somos.


Feliz semana de Halloween... y que todos tus demonios te lleven de la mano.


Kelly Marie Darbyshire

Guía de Expansión Personal


26 de octubre de 2024
Descubre cómo los más pequeños nos enseñan a vivir sin miedo al error, reflejando nuestras emociones y disfrutando el momento presente
19 de octubre de 2024
¿Cómo Tus Bloqueos Energéticos Frenan tu Éxito?
16 de octubre de 2024
Libera tu Energía, Rompe Ciclos y Transforma tu Vida desde Adentro
Más Posts
Share by: