Adicta a la Sala - Hostelería Consciente

Descubrí que era adicta a la sala: La verdad detrás del subidón y la caída en la hostelería


Hoy quiero contarte algo que me tomó tiempo entender, pero que cambió por completo mi forma de ver mi trabajo en la hostelería. Durante años me consideré una "apasionada" de lo que hacía, tanto que llegué a pensar que esa pasión era la fuente de mi energía inagotable. Lo que no sabía era que, en realidad, me había vuelto adicta a la sala. Sí, leíste bien: adicta.


Te cuento cómo llegué a esta conclusión. Todo empezó cuando me di cuenta de que cada vez que estaba en el servicio, experimentaba una mezcla de emociones tan poderosa que parecía que nada más importaba. Sentía una conexión profunda con mi equipo y los clientes, algo que me daba una gran dosis de oxitocina, la hormona del amor y la confianza. Me encantaba ver cómo las cosas salían bien, y cada pequeño éxito me daba un golpe de dopamina, esa hormona que nos premia con una sensación de logro.


Por supuesto, la adrenalina también estaba siempre presente. Ese rush de correr de un lado a otro, de estar en todos los detalles, de sentir que el reloj avanzaba más rápido de lo que debería, me hacía sentir viva, en control. Y después de todo eso, cuando las cosas finalmente se calmaban y veía que todo había salido bien, la serotonina se encargaba de darme esa sensación de calma y alegría, de que todo estaba en su lugar.


Parecía el cóctel perfecto, ¿verdad? Un combo de oxitocina, dopamina, adrenalina y serotonina que me hacía sentir invencible. Pero, como todo cóctel, tenía un efecto secundario que no vi venir: el bajón.


Había algo más profundo ahí, algo que tardé en darme cuenta. La sala se había convertido en el lugar donde me sentía en familia, arropada y querida. Esa sensación de pertenencia y afecto era tan fuerte que parecía real, pero en realidad, era una creación de mi estado neuroquímico. Y es ese engaño lo que muchas veces nos lleva a tomar decisiones irracionales, como dejar de lado todo cuando el trabajo nos lo exige, o incluso anteponerlo a lo que verdaderamente importa en nuestra vida. Nos perdemos en esa sensación falsa de seguridad y olvidamos que fuera de la sala hay un mundo que también necesita de nosotros.


Al principio, no entendía por qué cuando salía de la sala me sentía tan vacía, cansada y desmotivada. No lograba encontrar la energía que antes parecía inagotable. Fue entonces cuando me di cuenta de que mi cuerpo y mi mente se habían vuelto dependientes de ese subidón neuroquímico. Sin el estrés del servicio, sin esa descarga continua de hormonas, me sentía como si algo me faltara.


Y ahí está el peligro. Ese cóctel que te hace sentir tan bien durante el servicio, puede convertirse en una trampa si no sabemos regularlo. Porque, como bien sabes, todo lo que sube, tiene que bajar. Y cuando no estamos preparados para esa bajada, es cuando los problemas empiezan.


Entonces, ¿qué podemos hacer para contrarrestar este ciclo?


Primero, necesitamos entender mejor cómo funciona nuestro cuerpo. Conocer estos procesos nos da las herramientas para manejar mejor nuestras emociones y nuestra energía. Es vital que encontremos actividades que nos ayuden a regular ese péndulo interno. Puede ser algo tan simple como practicar la respiración consciente, hacer ejercicio moderado, o simplemente tomar un momento de descanso real, lejos de las exigencias de la sala.


Esto es uno de los principales objetivos del programa Líder Magnético, un programa de 3 meses que está diseñado específicamente para ayudarte a nivelar tu sistema nervioso desde dentro. Este es uno de los pilares fundamentales del programa, porque sabemos que el equilibrio interno es clave para alcanzar una vida más plena y sostenible en la hostelería.


Imagínate lo que sería poder manejar esos picos neuroquímicos con herramientas que realmente funcionen, que te permitan disfrutar de tu trabajo sin sacrificar tu bienestar. La inversión para hacer este programa cuesta la mitad de tu salario, pero lo que obtendrás a cambio puede cambiar la trayectoria de tu vida y tu bienestar holístico de manera impactante.


Así que, ya sabes, la próxima vez que sientas ese subidón, recuerda que es solo una parte del proceso. Disfrútalo, pero también prepárate para lo que viene después. Al final, se trata de encontrar un balance que te permita seguir amando lo que haces, sin que eso se convierta en una carga.


Anímate a darle una oportunidad a Líder Magnético. Puede ser la mejor decisión que tomes para ti y tu futuro.


¡Nos vemos en la próxima! Y recuerda, cuida de ti tanto como cuidas de los demás.

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