¡Hola líderes zen de la restauración!
Hoy vamos a hablar de un tema que podría cambiar radicalmente tu día a día en el trabajo: ¡Mindfulness en el lugar de trabajo! 🎉 Sí, lo sé, suena un poco esotérico, pero te prometo que no necesitas convertirte en un monje budista para aprovechar sus beneficios.
Mindfulness es básicamente prestar atención al momento presente, sin juzgarlo. Imagina que tu mente es como un mono saltando de una rama a otra (¡sí, todos tenemos un mono interno!). La práctica de mindfulness te ayuda a calmar a ese mono y a centrarte en lo que está pasando ahora mismo.
Sabemos que trabajar en la restauración puede ser como estar en un episodio de "Pesadilla en la Cocina" todos los días. Mucho estrés, clientes exigentes y ese constante "tictac" del reloj. Pero aquí es donde el mindfulness entra en juego:
Reducción del Estrés Al estar presente, puedes manejar mejor las situaciones estresantes y mantener la calma bajo presión.
Aumento de la Productividad Una mente enfocada es una mente productiva. Menos distracciones = más tareas completadas.
Mejora en la Comunicación Estar presente te ayuda a escuchar mejor y a comunicarte de manera más efectiva con tu equipo.
Aquí van algunas claves súper prácticos y fáciles de implementar
Antes de empezar tu turno, toma unos minutos para respirar profundamente. Cierra los ojos (si no estás en medio del rush de la cena, claro) e inhala por la nariz, exhala por la boca. Repite unas cuantas veces. Es como resetear tu cerebro.
Cuando sientas que el estrés está subiendo, haz una pausa y realiza un escaneo corporal rápido. ¿Dónde sientes tensión? Relaja esos músculos. Este pequeño ejercicio te ayudará a volver al momento presente.
Sí, has leído bien. Usa tareas mundanas como lavar platos para practicar mindfulness. Concéntrate en la sensación del agua, el jabón y el movimiento de tus manos. Deja que tu mente se relaje en la simplicidad de la tarea.
Durante tus descansos, en lugar de revisar el teléfono, dedica unos minutos a disfrutar de tu bebida favorita. Siente el calor de la taza, el aroma del café o el té, y el sabor en cada sorbo. Esto te ayudará a recargar energías y a estar más presente.
Integrar mindfulness en tu rutina diaria no tiene que ser complicado ni consumir mucho tiempo. Con pequeños cambios y prácticas, puedes reducir el estrés y aumentar tu productividad. ¡Piensa en ello como afilar tu cuchillo de chef! Si no lo haces, te costará más trabajo cortar. Si lo mantienes afilado, todo fluirá con más facilidad.
Así que, la próxima vez que sientas que el estrés está por las nubes, recuerda: respira, enfócate y sigue adelante. Tu equipo y tus clientes lo notarán, y tú te sentirás mucho mejor.
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